La morera (Morus alba L.) (Rosales: Moraceae) es originaria de las zonas templadas de Asia, particularmente de regiones de China, Japón e Himalaya (1). Su cultivo se inició para implementar la sericultura en los países asiáticos dedicados a la reproducción a gran escala del gusano de seda (Bombyx mori L.) (Lepidoptera: Bombycidae), lepidóptero con alto valor económico y domesticado para la producción de seda por más de 5000 años (2). En China, esta actividad ocupa una importante posición en la vida económica y cultural del país; es el principal país productor y exportador mundial de seda, con cifras que superan el 70 % de la producción mundial e ingresos superiores a los 8000 millones de dólares (3).
A mediados de la década del 90, la Estación Experimental de Pastos y Forrajes “Indio Hatuey” (EEPF-IH) introdujo en Cuba el cultivo de la morera (Morus sp.) con el objetivo de ser empleado en la alimento animal por sus bondades nutricionales y, fundamentalmente, por el alto contenido de proteínas. En 2005 la EEPF-IH elaboró un programa para la investigación-innovación-producción en sericultura, cuyo principal propósito fue la introducción y el fomento de la producción sostenible de capullos seda y de productos derivados de la sericultura (4).
Sin embargo, no fue hasta el año 2011 cuando se dio inicio a su propagación masiva, a través del Proyecto Nacional de Sericultura, en la actual Entidad de Ciencia, Tecnología e Innovación (ECTI) “Sierra Maestra”, en la cual se ha desarrollado una tecnología sostenible de producción del gusano de seda a mayor escala, con la finalidad de elaborar subproductos para la industria textil, médico farmacéutica, cosmética y biotecnológica. Para alcanzar este propósito, se requieren extensas superficies cultivadas de morera y de plantas sanas; sin embargo, son escasos los estudios dedicados a la sanidad del cultivo en Cuba.
Teniendo en cuenta que este cultivo se utiliza en la crianza del gusano de seda, es de vital importancia la obtención de hojas de calidad y la aplicación de alternativas limpias para el manejo de los organismos nocivos que se asocian al cultivo, en aras de lograr el buen desarrollo de la producción serícola. Por lo antes mencionado, el presente estudio estuvo encaminado a identificar las especies de ácaros fitófagos y depredadores asociadas a morera en Cuba.
Los muestreos se realizaron semanalmente en plantas de moreras del cultivar Gui Sang You 62, ubicadas en la Finca “Los Mangos”, del municipio Playa, La Habana, Cuba, en el periodo de enero a junio de 2018. Se tomaron tres hojas de la parte superior, media e inferior de cada una de las 30 plantas muestreadas. Las hojas se colocaron en bolsas de polietileno y se trasladaron al laboratorio de Entomología-Acarología del Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA).
En el laboratorio, las hojas se revisaron por el haz y el envés. Los ácaros asociados se extrajeron con ayuda de una aguja entomológica y se colocaron en portaobjetos excavados con ácido láctico (70 %); posteriormente, se flamearon en un mechero de alcohol hasta su decoloración total. Los especímenes se montaron en líquido de Hoyer, utilizando un microscopio estereoscopio Stemi DV4; se secaron en una incubadora (30oC) durante 72 horas y se sellaron con Bálsamo de Canadá (5). Las láminas se observaron al microscopio Axioskop (40x). Los ejemplares se identificaron utilizando claves taxonómicas correspondientes (5,6,7).
Como resultado de los muestreos realizados, se constató que todos los ácaros se localizaron por el envés de las hojas; las mismas estaban decoloradas y con presencia de telarañas, donde se encontró la especie fitófaga Tetranychus sp. efectando al cultivo de la morera. En asociación con este fitófago se observó la presencia de tres especies de ácaros depredadores de la familia Phytoseiidae. (Tabla 1)
Tabla 1.
Especies de ácaros fitófagos y depredadores presentes en plantas de moreras del cultivar Gui Sang You 62 en la Finca “Los Mangos”, municipio Playa, La Habana, Cuba. / Species of phytophagous and predatory mites infesting mulberry Gui Sang You 62 in the "Los Mangos" farm, Playa municipality, Havana, Cuba.
Los ácaros de la familia Tetranychidae se informan entre las plagas más importantes de plantas cultivadas como son pimiento, papa, tomate, cítricos, entre otras de interés económico (8).
Entre los principales ácaros que atacan al cultivo de la morera se encuentra Tetranychus equitorius McGr. Esta especie se localiza en el envés, produce una telaraña espesa; son de forma esférica y muy pequeños. El estadio de incubación de los huevos dura de cuatro a ocho días, dando como resultado las ninfas; las más jóvenes son de color rosado pálido. La hembra es capaz de poner de dos a 10 huevos por día y en todo el periodo de vida de 70 a 75 huevos (9).
En estudios preliminares sobre la diversidad y dinámica de ácaros de la morera en Kashmir, India, se informó la presencia de dos especies de ácaros fitófagos y dos depredadoras. Los ácaros fitófagos se identifican como Tetranychus sp. y Panonychus sp. (Trombidiformes: Tetranychidae), mientras que los ácaros depredadores fueron Agistemus sp. (Prostigmata: Stigmaeidae) y Euseius sp. (Mesostigmata: Phytoseiidae) (10).
Asimismo, en cuatro variedades comerciales de morera en Kashmir, se informó la presencia de Panonychus ulmi (Koch) (Acari: Tetranychidae); su población varió anualmente, pero en general se registró desde mayo hasta que comienza la caída de hojas en la última semana de octubre. De noviembre a abril no se registró presencia de este ácaro; según estos autores esto podría estar dado a que las poblaciones de este fitófago se someten a diapausa durante el invierno (11).
La especie N. longispinosus es uno de los fitoseidos más abundante y efectivo en Tailandia y comúnmente se encuentra asociado a diversas especies de ácaros fitófagos en cultivos de interés económico (12). Se conoce que su rol en la supresión de las poblaciones del ácaro de dos manchas, Tetranychus urticae Koch (Acari: Tetranychidae), es evidente en fresal en el norte de Tailandia. Por estas potencialidades, se realizaron estudios para garantizar su utilización eficaz en programas de manejo de plagas (13). Peña et al. (14) lo encontraron depredando a Raoiella indica Hirst (Acari: Tenuipalpidae) en Santa Lucía. También este depredador fue estudiado en China para el control de Aponychus corpuzae Rimando y Schizotetranychus nanjingensis Ma et Yuan (15,16).
En Cuba, se informó la presencia de N. longispinosus sobre hojas de Cocos nucifera L. y Areca catechu L. en asociación con ácaros tetraníquidos (17). Pérez et al. (18) notificaron que N. longispinosus presentó una marcada habilidad para encontrar, capturar y consumir las fases inmaduras de T. tumidus. Según estos autores, estos elementos son útiles para definir la tasa óptima de liberación y para el diseño de la estrategia futura de control de T. tumidus con este biorregulador.
En Cuba también se han realizado estudios sobre la riqueza de ácaros fitoseidos en Citrus spp. Se informó la presencia de Amblyseius curiosus (Chant y Baker) asociados a Thrips spp.; Amblyseius largoensis (Muma) sobre Citrus spp.; Solanum tuberosum L. asociado a Thrips spp. y Euseius hibiscis (Chant) sobre Piper sp; así como Citrus spp., Mangifera indica L., Persea americana Mill., Psidium guajava L. asociados a las familias Tetranychidae y Tarsonemidae (19).
Los resultados evidencian que los ácaros depredadores en general y los pertenecientes a la familia Phytoseiidae en particular, pudieran convertirse en una alternativa válida para el manejo de las poblaciones de ácaros e insectos fitófagos, teniendo en cuenta que a la morera no se le debe aplicar plaguicidas químicos, ya que es un cultivo utilizado en la alimentación del gusano de seda. Se debe evaluar la potencialidad de estas especies para la regulación de las especies de ácaros fitófagos presentes en el cultivo.