INTRODUCCIÓN
El primer componente que aparece en el electrocardiograma durante la actividad eléctrica cardiaca lo constituye la onda P, la cual refleja la despolarización auricular. Se produce como resultado de los potenciales de superficie que se originan al pasar la excitación del nódulo senoauricular o de Keit-Flack, desde la aurícula derecha hasta la izquierda. Su polaridad negativa, positiva o bifásica depende del punto donde se coloca el electrodo de registro. En las primeras investigaciones realizadas en bovino se encontró que esta onda se presenta con gran incidencia bifásica, con polaridad muy variable y con potencial extremadamente bajo (1). En investigaciones posteriores realizadas en Cuba, con la colocación de los electrodos en otros puntos de la superficie corporal, se han encontrado derivaciones en las que la polaridad de la onda P es siempre positiva, como son IIH, IIIH, IIE, IIIE, V3, V3c, V4, V5 y B-A, o siempre negativa como IH, V1H, y V10 (2).
La repolarización atrial no se puede ver en el trazado electrocardiográfico porque permanece oculta, debido a la superposición de la despolarización ventricular que origina voltajes más elevados (3). El objetivo del presente trabajo fue determinar la polaridad y la morfología de la onda P del ECG del bovino en varias derivaciones bipolares y monopolares, como referencia para el diagnóstico de las alteraciones en la conducción del impulso eléctrico a nivel auricular.
MATERIALES Y MÉTODOS
En esta investigación se utilizaron registros electrocardiográficos procedentes de 100 bovinos de la raza Holstein, clínicamente sanos y pertenecientes a diferentes grupos etarios de uno y de otro sexo: 10 terneras, 10 terneros, 20 novillas, 10 vacas lactantes, 25 sementales jóvenes incorporados al plan de extracción de semen y 25 sementales adultos. La edad promedio de las terneras y de los terneros fue de 33 ±9 días, la de las novillas de 20 ± 3 meses, la de las vacas de 4 ± 2 años, la de los sementales jóvenes de 21 ± 4 meses y la de los adultos de 7 ± 3 años. Los terneros, las novillas y las vacas lactantes procedieron del distrito de producción “Guayabal” de la Universidad Agraria de la Habana (UNAH) y los sementales del Centro Nacional de Inseminación Artificial “Rosafé Signet” ubicado en San José de Las Lajas, provincia Mayabeque.
Se utilizaron 20 derivaciones, nueve bipolares y 11 monopolares (Tablas 1 y 2). Las ondas P fueron codificadas de acuerdo a su morfología (Fig. 1) y se determinó la frecuencia con que aparece cada una de las formas encontradas. Se utilizó un electrocardiógrafo portátil (HITACHI, de fabricación japonesa) calibrado con una señal de 1 mV/cm y una velocidad de corrida del papel de 25 mm/s. Durante el muestreo los animales se encontraban en estación, en un estado de correcto aplomo sobre sus extremidades. El procesamiento estadístico consistió en determinar la frecuencia de la polaridad y de las formas de la onda P en cada una de las 20 derivaciones anteriormente reportadas (4). Se realizó la prueba de comparación de proporciones para valorar si existían diferencias estadísticamente significativas entre derivaciones que originaran ondas con la misma polaridad o con morfologías similares.
Tabla 1.
Posición de los electrodos para obtener diferentes derivaciones bipolares en bovino./ Position of the electrodes to obtain different bipolar derivations in cattle.
Tabla 2.
Colocación de los electrodos para obtener derivaciones monopolares pericordiales en bovino./ Placement of the electrodes to obtain precordial monopolar derivations in cattle.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la Figura 1 se ilustran las diferentes formas de onda P encontradas y se identifica cada una con un número, que permitirá referirse posteriormente a ellas a través de esta codificación. La codificación que permitió obtener los datos de la Tabla 3 constituye un punto de referencia para el estudio e interpretación de los registros electrocardiográficos, tanto en el ganado bovino como en otras especies de animales domésticos del grupo B, según la categorización electrocardiográfica realizada con anterioridad por Hamlin y Smith (5), así como para la caracterización de los procesos patológicos que afectan de alguna manera la excitación del corazón a nivel auricular, como son la fibrilación (6,7,8), las alteraciones en la generación y la conducción del impulso eléctrico (9,10,11), así como otros trastornos (12,13,14).
Figura 1.
Codificación de las 13 formas de onda P encontradas en 100 bovinos de la raza Holstein, en 20 derivaciones. / Coding of the 13 forms of P wave found in 100 Holstein cattle, in 20 derivations.
En la Tabla 3 se muestra la frecuencia con que aparece cada una de las formas de onda y su polaridad en las derivaciones bipolares de extremidades y de hombro, así como en las monopolares pericordiales. Al realizar la prueba de comparación de proporciones no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre derivaciones, situadas hacia la base o hacia el ápice del corazón, que originaran ondas con la misma polaridad o con morfologías similares. En las derivaciones bipolares de extremidades predominan las ondas P positivas con la mayor proporción de valor cero en DI y la menor en DII. En las tres derivaciones, la frecuencia de ondas P negativas fue de 1 % y la forma predominante fue la acuminada o puntiaguda.
En las derivaciones de hombro, la polaridad resultó predominantemente negativa en IH y con mayor diversidad de formas que en las cuatro restantes, en las que la polaridad fue positiva en 100 % de los animales y la forma con mayor frecuencia fue la acuminada. En la derivación base-ápice, que ha sido empleada en vacas Holstein (15), se encontró que todas las ondas P resultaron también positivas, pero con la más alta frecuencia de formas redondeadas y el 20 % con una muesca.
Las derivaciones monopolares pericordiales, denominadas precordiales en el hombre (16), que se encuentran hacia la base del corazón V1H, V2C y V10, exhiben ondas P negativas, las que se encuentran hacia el ápice V3C, V4 y V5 positivas. En las derivaciones V3 y V3H que se registran en la base del corazón se obtiene una polaridad positiva porque se ubican hacia el lado izquierdo del animal y el proceso de despolarización auricular se origina en la aurícula derecha y el extremo positivo del vector se dirige hacia la izquierda. En la derivación pericordial V6 que se ubica hacia el ápice, simética a V3c, los valores nulos de P alcanzaron el 71 %, lo que obedece a su ubicación en la porción derecha, en una zona de transición del dipolo que se origina al producirse la despolarización atrial, con su inicio en la aurícula derecha y la terminación en el sentido del ápice. Esto demuestra que la recta que indica la dirección en que se colocó el electrodo de registro, en 71 % de los casos intersectó perpendicularmente a aquella que indica la dirección y sentido en que se propaga el vector originado por la despolarización auricular, que se origina en la aurícula derecha (17,18). El potencial de acción es propagado desde el punto de origen por el músculo auricular y por los haces de fibras internodales hasta el nódulo auriculoventricular (A-V) o nódulo de Aschoff-Tawara, el cual está localizado cerca del anillo de la válvula tricúspide por encima del septum interventricular (19).
Tabla 3.
Frecuencia de aparición de diferentes polaridades y formas de ondas electrocardiográficas P, en derivaciones bipolares y monopolares, en 100 bovinos Holstein./ Frequency of appearance of different polarities and forms of electrocardiographic P waves (bipolar and monopolar derivations), in 100 Holstein cattle.
En la superficie corporal se registra la suma algebraica de los potenciales de acción producidos en cada una de las células individuales de las aurículas y se inscribe la onda P en el ECG (20,21,22). Cualquier factor que modifique la frecuencia con que se originan los impulsos o su velocidad de condución trae como consecuencias arritmias de diferentes intensidades (23,24,25).
Las formas de la onda P en las derivaciones monopolares pericordiales, tanto en las que predomina la polaridad positiva como la negativa, son la acuminada y la redondeada. En las derivaciones V6 y V3H se obtuvo la mayor cantidad de ondas P morfológicamente diferentes. Este comportamiento está asociado a la dirección y sentido en que se extiende el vector que origina la onda. La interpretación racional de un ECG depende del análisis de la dirección y amplitud de los vectores cardiacos respecto a las derivaciones electrocardiográficas. El vector P es la resultante, promedio, de la despolarización auricular (26,27). En condiciones normales se reúnen varias reglas para determinar si el ritmo cardíaco es normal, la primera plantea que en cada derivación los latidos que se registran se suceden en forma regular y todos tienen una morfología similar; la segunda es que cada complejo QRS es precedido de una onda P, positiva en todas las derivaciones excepto en AVR, en el hombre (28,29,30).
En las primeras investigaciones realizadas en bovino, se encontró que la onda P del ECG, a diferencia del hombre, se presenta con gran incidencia bifásica y con potencial extremadamente bajo, estando presente siempre en DII con una polaridad -/+ en el 65 % de los casos y presentándose en DI y DIII generalmente positiva (1). En la derivación DII también se han reportado valores de amplitud muy variables (31). En general, se plantea que el aspecto y la polaridad de la onda P son variables, aunque predominantemente positivas en las derivaciones estándares (32,33). Resultados similares se observan en el presente trabajo, pero se han utilizado otras derivaciones en las que la onda P adquiere también signo predominantemente positivo, en la V3H, o predominantemente negativo en IH y V2C y se determinaron derivaciones en las que la polaridad de P es siempre positiva, IIE, IIH, IIIE, IIIH, B-A, V5 y V3 o siempre negativa, V1H y V10.También se ha encontrado en el caballo algunos puntos que originan ondas P con cierta estabilidad en su polaridad (34,35).
Hasta doce posiciones específicas de los electrodos se usan para monitorear las funciones cardiacas, a las que se han sumado una serie de propuestas de configuraciones adicionales para propósitos específicos (36). Aunque el registro de electrocardiografía convencional se basa en la toma de las tres derivaciones bipolares de Einthoven, las tres aumentadas de Goldberger y las seis precordiales o del plano horizontal, lo cual hace un total de 12 derivaciones distribuidos en la colocación de 10 electrodos (29,37), en este trabajo se han adicionado ocho derivaciones que son estables en su polaridad y se obtienen pocas variaciones en la morfología.
El análisis morfológico de cada una de las ondas que componen el ECG obtenido en las distintas derivaciones estándares en bovino ha sido realizado por varios investigadores, coincidiendo todos en que existen diversos tipos de formas para la onda P y la T (38,39), al igual que en otras especies animales (40,41). En el hombre, las ondas P son siempre positivas en todas las derivaciones, excepto en aVR que generalmente es negativa y ocasionalmente puede tener apariencia bifásica (42,43). Se inicia con la primera deflexión positiva, desde la línea basal y finaliza cuando esta retorna a la misma línea isoeléctrica. Representa la despolarización de las aurículas que comienza en el nódulo sinusal y se propaga por las aurículas en todas las direcciones (44,45).
En la derivación V10 la onda P es negativa en bovino y en equino (2,4). En la derivación base-ápice, en los caballos es positiva y, frecuentemente, bifásica o escotada (43), al igual que en el bovino (17,18). La repolarización atrial no se puede ver en el trazado electrocardiográfico porque permanece oculta, debido a la superposición de la despolarización ventricular (3,46). En el ritmo normal cada complejo QRS está precedido por una onda P (29). Los latidos se producen con una variación de frecuencia y el tiempo entre los latidos puede ser variable (47). Cuando se producen arritmias supraventriculares se presentan episodios de fibrilación auricular (FA) paroxística y una respuesta ventricular lenta (7).
En los cuadrúpedos se han empleado, en la mayoría de los casos, las 12 derivaciones clásicas establecidas en el hombre, donde las posiciones que guardan los electrodos con respecto a la dirección de propagación del vector que caracteriza la onda P resulta diferente y la polaridad y morfología obtenida es muy variable. Sin embargo, se demostró que existen otros puntos de derivación en los que se maniesta estabilidad en la polaridad de esta onda y un número más reducido de cofiguraciones, lo que constituye una referencia para el diagnóstico de las alteraciones en la conducción del impulso eléctrico a nivel auricular.