En la actualidad, el saurio Crocodylus moreletii (Dúmeril, Bribon y Dúmeril, 1851) es una especie importante en la fauna de reptiles mexicanos, ya que sus poblaciones aportan beneficios ecológicos a los ecosistemas en que habitan debido a las diferentes actividades de mantenimiento, control y recuperación que realizan dentro del mismo. Esta especie cumple un papel importante en el equilibrio de otros reptiles, porque su presencia y sus actividades influyen directamente en las poblaciones de las especies que cohabitan con ella (1,2).
La alimentación juega un papel importante en la tasa de eclosión de huevos, crecimiento y fertilidad para la especie mencionada; por lo que durante años se realizan estudios con el objetivo de conocer su régimen natural de alimentación y el efecto de suplementos nutricionales que permitan obtener mejores resultados en su manejo (3,4).
La importancia de insectos en la nutrición de vertebrados es un tema conocido y que en la actualidad mantiene vigencia (5); entre los invertebrados que se recomiendan para una dieta nutritiva, por su alto valor biológico, figuran diferentes especies de chapulines (6,7).
El objetivo de este trabajo fue evaluar la ganancia de peso, talla y sobrevivencia de crías de C. moreletii alimentados con una dieta a base de extractos de insectos, en los primeros seis meses de vida, en un criadero de Ciudad del Carmen, Campeche, México.
El trabajo se realizó en las instalaciones de la Granja de cocodrilos "El Fénix", ubicado en el kilómetro 12.2 de la carretera federal 180, Ciudad del Carmen, Campeche.
Se trabajaron 24 reptiles recién nacidos, de talla y peso homogéneos, separados en dos grupos de 12 animales cada uno. Un grupo se utilizó para la evaluación de las dietas experimentales (Grupo A) y el otro como testigo (Grupo B). Los cocodrilos se marcaron para su identificación con la técnica de corte de quillas de escamas caudales (8).
Las crías se mantuvieron en locales de 60 cm de ancho por 1,50 m de largo, divididos por una malla de criba de 50 cm de alto; se garantizaron la limpieza, las condiciones de tenencia adecuadas y que los animales tuvieran un espacio adecuado para moverse.
Los saurios se pesaron con una balanza con 1g de precisión y se midieron con una cinta métrica con una precisión de 1mm. Se determinaron la longitud total (LT), la longitud hocico-cloaca (LHC), la longitud de la cabeza (LC) y la altura del cuerpo (AC). Además, se midió el ancho del vientre de cada ejemplar como otro criterio de desarrollo y se tuvo en cuenta la sobrevivencia de los animales en cada grupo.
Los muestreos se realizaron en cuatro ocasiones: en los meses de octubre, noviembre, diciembre y enero.
Al Grupo A se le suministró dieta basada en harinas de tres especies de chapulines (Sphenarium histrio, S. purpurasens y Melanoplus mexicanus) mezclados con hígado de pollo, como aglutinante y atrayente, en una proporción de 5:1. Al Grupo B se le dio el alimento que comúnmente se le proporciona en la granja, a base de filete de pescado ad livitum.
El alimento se comenzó a ofrecer 15 días después de ocurridos los nacimientos, para esperar que los animales consumieran e incorporaran el vitelo abdominal. La alimentación se realizó cada dos días de 10:00 am a 4:00 pm, ya que durante este periodo se presentó la máxima temperatura del día que estimula el apetito de esos saurios. El alimento estuvo basado en insectos deshidratados en forma de harina y complementado con calcio y vitaminas hidrosolubles (Adenac y Ferminac) para evitar posibles malformaciones; se les proporcionó en forma de pequeñas bolitas para facilitarles el consumo, en un porcentaje de 5 a 8 % del peso total del reptil, para asegurar que todos los cocodrilos comieran suficiente cantidad y así garantizar un máximo consumo.
Los macro y micronutrientes que conforman la estructura de los insectos chapulines se realizaron mediante el método AOAC (9) y cromatografía líquida de alta resolución (9), respectivamente.
Para determinar la conversión de alimento en peso por organismo se utilizó el método REP (Relación de eficiencia proteínica) (10). Para evaluar el valor nutritivo de una proteína, se expresa numéricamente el crecimiento del animal como consecuencia de la dieta ingerida, mediante la fórmula:
La evaluación de las diferencias entre los valores de tasas de crecimiento, tanto en peso como en talla, se registraron en la hoja de cálculo Excel para el análisis posterior de los datos; las medias se compararon mediante análisis de varianza seguido de la prueba de comparación de rangos múltiples de Duncan. Durante el experimento se evaluó la mortalidad en cada grupo.
Los valores nutritivos de las especies de insectos chapulines trabajados se observan en la Tabla 1.
Como se muestra en la Tabla 1, los artrópodos estudiados tienen un alto contenido proteico, además de otros componentes nutricionales importantes que se corresponden con lo reportado anteriormente (11,12) y logran constituir una excelente dieta.
La longitud total y el peso adquiridos por los cocodrilos se muestran en la Tabla 2, donde se encontró diferencia significativa (p<0,001) entre los grupos A y B. El Grupo A presentó longitud total y peso significativamente superior en comparación con el Grupo B (Tabla 2).
Grupo | Dieta | Longitud total | Peso Total | ||
---|---|---|---|---|---|
(Intervalo) | Promedio Media ±EE | (Intervalo) | Promedio Media ±EE | ||
A | Especies de chapulín | 35-44 | 39,5 a ± 1 | 130-210 | 184,2 a ± 1 |
C | Filete de pescado | 30-37,4 | 34,5 b ± 3 | 110-150 | 130,0 b ± 4 |
Estos resultados se corresponden con el alto nivel proteico suministrado por la dieta de insecto, con un importante aporte de aminoácidos esenciales (11) para el metabolismo de los saurios, que repercute en mayor desarrollo y más ganancia de peso.
Otro criterio de desarrollo y, por tanto, de salud fueron los valores del ancho del abdomen de los saurios (13,2 en el grupo A y 10,2 en el B).
La conversión de alimentos en peso se observa en la Tabla 3. Se demostró una mayor conversión de alimento en los animales del Grupo A (p<0,001).
Los resultados evidenciaron el aporte nutricional de la dieta con “harina de chapulines”. El alto contenido proteico y de otros componentes de esos invertebrados (11,12), que forman la mayor parte de su cuerpo y que se pueden calificar de buena calidad (13), resultan vitales para la ontogénesis de algunos vertebrados, donde se incluyen los cocodrilos (14); además, las grasas son muy abundantes, sobre todo en los estados larvarios y en las pupas (13), de ahí la explicación de que el Grupo A fuera el más aventajado en aumento de tamaño y ganancia de peso, con una más alta conversión del alimento. Asimismo, el Grupo A mostró el más alto índice de sobrevivencia (91 %) en comparación con el Grupo B (58 %).
Alibardi (15) menciona la presencia de péptidos beta-defensivos como elementos que protección de los saurios, fundamentalmente contra infecciones, regeneración de tejidos, entre otros, para lo cual es fundamental una dieta balanceada y rica en proteína (16), como se garantizó en el Grupo A; los ejemplares de ese grupo sobrevivieron en mayor porcentaje ante la respuesta de una carga proteica mayor en la dieta.